Bandera negra de la esperanza; fin del ateo,
tierra de olés indoctos, manantial del jaraneo,
crisol de ricas culturas anuladas por el rezo,
cuna del esparcimiento, del folklore y el toreo,
bandera de mil colores que jamás se comprendieron.
Tierra de frailes y obispos, de villanos reyezuelos,
marqueses de flaca estampa bajo palio florecieron,
condesas para los condes, putas para caballeros,
un atraco en cada esquina, en palacio; bandoleros,
pueblo de pan y cebolla, de caña, barro y brasero.
Belleza mora la envuelve aunque reniegue de ello,
oscurece de miseria su luz sobrante de imperios,
huérfana de la cultura, hija de los contubernios,
más señorona que dama, bodas de sangre la unieron.
Nueva rica, pobre siempre, seca raíz en su seno.
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