lunes, 16 de noviembre de 2015

ROSAS Y ESPINAS



Me aleje de ti porque ya no estabas.
Te miraba a los ojos y te quería, pero ya no estábamos,
nuestros abrazos eran ríos que se secaban 
antes de desembocar en el mar,
aguas de invierno en  corazón de ceniza.

¿Me querías? Quizás sí; pero yo ya no estaba,
a lo mejor no estuve nunca, pero te quise, como sé querer,
sin que el fuego tenga su máximo esplendor.
La errante soledad en compañía nos desterraba
a ruinas antiguas del pasado.
Nada es para siempre, y si lo es, es peor.
¿Qué nos quedaba de lo que compusimos?
¿Qué melodía nos acoge ahora?

Ya era memoria,
 historia de un pasado; cuerpos rotos con la piel desgastada,
versos afligidos que buscaban su lugar en la estrofa.
Conservamos la dignidad de viejos amores del renacimiento,
pero el renacer ya no alcanzaba al rojo y azul de los claveles,
ya no era Mayo, éramos Diciembre,
ramas secas en arboles cansados.
Entre rosas y espinas, yo te quise.
Como sé querer.

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