sábado, 14 de noviembre de 2015

UNA MAR Y UNA GUITARRA



Un chiringuito en la playa, el silencio del invierno, una mar
en calma chicha, dos manos y una guitarra


Hay momentos,
que como en el amor sin pasado y sin futuro,
nada importa si no es el presente.
Ese momento en el que mirando una mar calmada,
un quejido de guitarra hace que gires tu atención,
y te encuentres con algo que supera en belleza
a lo que te rodea.

Una mar baila su calma,
 y los ojos se iluminan al compas
 de una guitarra.

El arte, que es la inteligencia haciendo el amor,
despliega su esencia cuando unas manos
se visten de seda,  y se deslizan danzando
entre surcos de guitarra.

Dos cinturas que se abrazan: 
Con alma de fuego una,
la otra; de un color caoba,
las dos unidas se gustan,
hacen despejar las sombras

Un sentimiento apagado, renace de entre sus cuerdas,
un refugio que le abraza, una alegría que llora,
una paz desordenada, un clavel, una mirada. 

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